Ayer fue el cumpleaños de mi padre, algo que perfectamente recordaba, volví de la facultad y aún no había llamado a mi padre, mi madre por si acaso me mandó un mensaje diciéndome que hoy era su cumpleaños, que le llamase, le contesté que ya lo sabía, que ya lo llamaría.
Multitud de personas le dan una importancia enorme a los cumpleaños, algo que de pequeño creía entender, y ahora algo que no entiendo para nada. He oído comentarios tales como: "¡Vaya mierda!, tengo que estudiar el día de mi cumpleaños; "El día de mi cumpleaños y tengo que ir a clase".
La gente se felicita eufórica. ¡Felicidades...!
En las redes sociales se observa que te felicita gente la cual luego ni te saluda, pero te felicitan.
¿Pero qué felicitamos?
Cuando llamé a mi padre le dije: ¡Papa! hoy se cumple la traslación terrícola número 53 desde el punto en el cual estaba cuando tú naciste, según la sociedad debo felicitarte por ello, y yo que pensaba papa que la había que felicitar a las personas por curar el cáncer o cosas así, bueno papa felicidades.
Puede parecer que no quiero felicitar a mi padre, ¡Nada más lejos!, para mi mi padre se merece una felicitación cada segundo de su vida, su vida en general debe ser una felicitación, y yo estoy felicitando a mi padre día a día por todo sus acciones y omisiones, pero por cumplir un determinado número de traslaciones terrícolas..., por eso no hay que felicitar a nadie.
Hemos llegado a un punto en el cual no acordarse del cumpleaños de alguien a quien quieres (que en mi caso no ocurre, pues una de mis pocos virtudes es tener buena memoria) es algo deleznable. Actualmente se premia más un felicidades sin sentido, que el afecto diario, quizás no en persona, pero sí en sentimiento.
Llevo mucho tiempo preguntándome sobre si debo felicitar a las personas por algo que no tiene que ver con ellos (pues la Tierra se mueve por sus atracciones, fuerzas..., no por la gente). He dado un paso, no sé si hacía delante, hacía atrás, o simplemente hacía un lado. Actualmente suelo desear feliz traslación terrícola, así como que le deseo felicidad, y le felicito por el año acaecido.
Sin embargo, sigo preguntándome si debe siquiera felicitarse esas cosas. A fin de cuentas es un sin sentido.
Y por ello diariamente sobre muchas cuestiones me pregunto: ¿Quién lo dictamino...? ¿Quién lo impuso? ¿Cuáles fueron los argumentos?.
Sobre felicitar un cumpleaños no hay ningún argumento. El único argumento positivo que veo, es que puede ser una excusa para reunirte con tus seres queridos. Pero es muy triste necesitar una excusa para saberlo.
Ciertamente, como me dicen, "me como la cabeza", yo no lo pienso así, yo pienso que razonó lo que me rodea, el porqué de las cosas. Si me dicen que debo hacer una cosa que me argumenten porque, es sorprendente el alto porcentaje de veces que te dicen que debes hacer o dejar de hacer algo y no te saben dar ningún argumento, u este es pésimo...
No sé si seguiré felicitando los cumpleaños o como lo haré, lo que si sé, y en eso me diferencio de Sócrates, es que no voy a dejar de razonar las cosas, no voy a hacer u dejar de hacer tareas sin argumentos reales y validos.
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