La historia de los Papas durante gran parte de la historia aconsejaba ser cuidadoso con el elegido, porque era hombre poderoso y en ocasiones más que el representante de Dios parecía un aliado del diablo. Y al parecer al ser nombrado Papa, lo primero de todo, era comprobar que el Papa era un hombre.... Sí mis queridos lectores y mis queridas lectoras. Os explico por qué.
Todo comenzó con la leyenda de la Papisa Juana, que narraba cómo una mujer había sido Papa durante unos años engañando a todos. De esta leyenda, surgió la liturgia de comprobar los testículos del futuro Papa, para comprobar que en verdad, era un hombre.
Según cuentan varios manuales referidos a la historia de los Papas, el futuro Papa se sentaba en una silla especial que tenía un agujero por el que dejaban caer sus testículos (parecido a lo que hoy sería un váter normal y corriente).
Entonces, otro alto cargo de la Iglesia (quien sería el fuerte en hacer esto...), comprobaba que aquello que pendía era lo que tenía que ser y no cosas raras...
No sé si lo comprobaba con los ojos o con las manos, pero imaginándome el momento no tenía que ser muy deseado por ninguno de los dos.
Después de esto y al ver que todo era correcto, el escriba o vocal decía aquello de "Duos habet et bene pendentes", es decir, “tiene dos y cuelgan bien”. A lo que todos respondían "Deo Gratias", es decir: " A Dios gracias".
No sé cómo enmarcar todo esto. Lo que si es verdad que toda esta liturgia, fuese expuesta por una leyenda o no, hizo que el escudo y símbolo papal tuviese las dos llaves con la cabeza hacia abajo, en forma de testículos.
En fin, me ha parecido interesante y sólo es una de tantas curiosidades que existe en la historia. En ningún momento he querido ofender a nadie, sólo he querido reunir esta pequeña anécdota que he leído en ya dos manuales que hablan de la vida de los Papas.
Sin más dilación... ¡Sed felices!
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